Disponemos de dos códigos de explotación ganadera semiextensivos, combinamos el aprovechamiento del medio al aire libre y el método de la estabulación dependiendo de la época del año.
Como ganaderos, optimizamos todos los recursos que nos brinda nuestra tierra. En primavera y verano, los animales pastan libremente los pastos y prados de la zona, momento en que comenzamos las labores agrícolas de siembra en las tierras para obtener más tarde, al finalizar el verano, los cereales y forrajes de nuestra propia cosecha. Estos se destinan a la alimentación de terneros, vacas y bueyes durante el invierno, momento en que el ganado permanece estabulado en sus cuadras.
En septiembre, producimos alrededor de 200 toneladas de silo de maíz, soja y hierba.
El ensilado de maíz se conforma con las plantas de las maíces, es decir, las mazorcas, verdes y tiernas, sin secar. Más tarde, se prensan y se apilan para favorecer su fermentación.
Además, sembramos trigo, avena, veza y cebada para obtener forrajes naturales. Así. durante la cosecha se separa el grano de la planta (del fruto). Luego, se deja secar y se tritura para obtener paja.
La paja de centeno es usada para mullir las las camas del ganado, mientras que la de avena y veza se les da a los animales para que rumien mejor.